Los Juegos Olímpicos de Múnich establecieron el inicio del dominio
cubano en el boxeo amateur. En su debut Stevenson puso fuera de combate al
experimentado boxeador Ludwik Denderys en el primer asalto. En los cuartos de final le tocó vérselas ante el favorito de los Juegos,
el campeón panamericano Duane Bobick, quien llevaba una racha de 62 victorias
consecutivas y solo esperaba el oro olímpico para acceder a un contrato
millonario en el boxeo profesional. La prensa estadounidense lo había bautizado
como "la esperanza blanca". En la final tuvo una pelea contra el rumano Ion Alexe, quien no pudo pelear por haberse lesionado un
brazo en las semifinales. Así, Stevenson terminó ganando su primera medalla de
oro olímpica por "No Presentación". A opinión del federativo de boxeo estadounidense Robert Surkein, quien
llevo a su país a varios Juegos Olímpicos, "El Stevenson que vi
ganarle a Bobick en Múnich'72, era entonces superior al Clay que ganó los 81
kilos en Roma'60 y al Frazier y al Foreman que ganaron en la categoría superior
en Tokio'64 y en México'68".
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